El valor del cambio - Gonzalo J.S. Quiroga Soria, PhD. (*)
El valor del cambio
Gonzalo J.S. Quiroga Soria, PhD. (*)
“Señor tiene cinco pesos para cenar” decía la mujer a cada transeúnte que con la indiferencia de las ciudades como La Paz pasaban por su lado, mientras su hijo sentado en un rincón de la avenida 16 de julio se retorcía en un llanto ahogado por el dolor que produce el hambre.
Es la Bolivia del cambio, es la Bolivia de Morales, aquella que creyó en un falso “mesias” que todavía promulga que él es la revolución y el pueblo, como rezan las paredes y afiches en las calles.
Más allá un grupo de los sin miedo y del MAS muestran escenas en una improvisada pantalla con altavoces se proyectan a dirigentes cívicos de Sucre, Santa Cruz ó Tarija, cómo los principales culpables de los acontecimientos de la Calancha y del “retraso” en la aprobación del mamotreto llamado proyecto constitucional que solo es una forma de la “derecha neoliberal” con una estrategia casi demoniaca para evitar que el cambio llegue a Bolivia; “Señor deme cinco pesos para poder cenar” continua la mujer.
Aparece un grupo pequeño autodenominado “Comité Popular del Pueblo” y promete socialismo o muerte, no son más que 6 o 7 dirigidos por el altavoz de quien dejo la actividad del contrabando para contrabandear las mentiras del cambio, cuyos réditos son mezquinos con los Khara’s y la gente honrada, ¿A quién le importa si le pagan para que haga eso ó avala los puestos de trabajo a cambio de diversos favores y dádivas?; a nadie. “cinco pesos señor”.
Más tarde con aire servil aparece el vicepresidente en los medios amenazando a quienes ya son estorbo a su continuidad gubernamental con una impresionante retahíla de insultos de “jefe de Estado” – “genocidas,” “paramilitares,” “líderes de una mafia,” “mentirosos,” “criminales” son sólo algunos de ellos–, pero resulta gracioso escuchar los halagos vertidos en el estreno de una película que muestra a Morales como la reencarnación del Vilka, como la preparación más elocuente de un futuro triunfo en el Revocatorio.
Es la suma asexuada de éxtasis que no considera ni siquiera lo mínimo para resguardar la dignidad de la patria, cuyos medios se justifican para imponer el cambio. “Por favor deme cinco pesos señor”.
Bs. 69 millones cuesta el revocatorio, US$ 950 millones ya cuestan a los bolivianos las “nacionalizaciones”, entre pagos y juicios; más de US$ 90 millones es la deuda con Chávez y US$ 78 millones el gasto para importar diesel que incluye el venezolano, sólo importa echar mano a los US$ 3.300.- millones de las pensiones, el resto no interesa.
Es el afán de Morales por controlarlo todo, característica de los regímenes totalitarios, destruir el aparato productivo es el objetivo primario de su gobierno, reducirlo a su más mínima expresión mediante absurdas medidas socialistas o someterlo por la vía del chantaje, la violencia institucional, la falta de seguridad jurídica o la corrompida y corruptora práctica de la manipulación cambiaria; son las actuaciones constantes de desencuentros donde nada vale llamar a la cordura cuando no se tiene.
“Hijo hoy no tenemos cinco pesos para cenar, deja de llorar”
Es la miseria, la pobreza, el desempleo, es el sello del cambio, no hay quien se comprometa a que sea diferente, sólo aparecen los serviles para maquillarlo ante la inexistente oposición que ahora desesperada pide enmendar su error revocatorio pero sin solidez, no importa la democracia ni la libertad, solo importa sobrevivir en la política, aceptando ilegalidades, para eso están los “abogados” que lo solucionaran; “Hijo no llore, mañana será diferente, verás que habrá un cambio y tendremos cinco pesos para cenar” decía la mujer intentando vanamente consolarse.
(*) Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales