A cómo la arroba de odio, presidente? - Ruber Carvalho

A cómo la arroba de odio, presidente?

Ruber Carvalho

Qué manera de odiar, presidente. Ese odio enfermo, presidente; ese odio con odio de rabias de cuerpo y alma, ya que su odio, a diferencia de los que lo odian: “me odian porque soy indio”, dice, es un odio por ignorancia, por la bronca de ver al indio ensoberbecido, intolerante, incapaz de razonar y dispuesto a resucitar todas las rabias de la caverna. Ud. a diferencia de los verdaderos indios, odia por complejo, presidente, complejo por no haber sido cruceño, de ahí su odio sin límites a todo lo que huela a Santa Cruz.

Odia al cruceño por ser blanco, negro o moreno, odia el verde como lo afirmó una resentidísima poetisa paceña con Santa Cruz, negándole hasta su cualidad de color. Ud. odia todo, menos el poder. En Santa Cruz, presidente, le cuento (sólo por ejercicio mental), a la hora del amor no hacemos discriminaciones de blancas, rubias, morenas o negras. La mujer no es india ni es aria, ni camba ni colla, es mujer en toda la extensión de la palabra, es pura y virgen y tiene-todas- el olor de la inmarcesible primavera, la luz de todos los amaneceres y las tibiezas de todas las tardes, a toda hora y todo el tiempo, en sus noches de luna o de tormenta; sobre su vientre revolotean las estrellas con las mariposas azules y los picaflores tornasolados ( hasta da ganas repetir ese verso maravilloso de mi amigo Ambrosio García, el poeta entrañable: “Es Septiembre, muchacha, aniversario/ de tanta primavera fugitiva;/ y tú,/ primavera latiendo en mis arterias,/ aun no sabes que estás sobre mi rumbo/ con una obstinación definitiva.”) pero eso qué lo va a saber Ud. con tanto odio, con tanto complejo, con tanto veneno en la sangre y en el alma. Qué va a rimar la literatura con su drama sindicalista!

En Santa Cruz, presidente, tenemos tiempo de sobra para el amor y también para los odios como humanos que somos; pero lo primero es lo primero y no nos dejamos con los complejos. Por eso, presidente, no podrá derrotarnos ni en esta vida ni en la otra; ni con toda la plata de Chávez ni con todo su odio. Ud. sólo es del tamaño de su propio complejo y de no haber sido lo que envidia ser. Somos más grande que su odio, presidente. Ud. vive encuevado en la prehistoria de los 500 años, nosotros en la llanura que como el mar no tiene barreras para ver el horizonte; eso nos hace diferentes. Ud. vive en lo que ya no hay, nosotros somos el presente en tránsito al futuro. Ud. es el ayllu, nosotros somos el mundo que avanza y se integra sin miedo a perder nuestra identidad. Ud. es el pasado que se va para siempre sin viso de retorno. Por eso Ud. va de retro y nunca podrá alcanzar el tren, por más que Chávez le pague el pasaje.

Ud. odia su propio odio cuando Chávez se lo recuerda – como a su muchacho de mandados- en todas sus comparecencias públicas y hasta cuando Ud. dice por qué lo odian, le falta llorar y quizá llore por las noches con ese llanto que no se acaba nunca y por eso se despierta temprano a jugar fútbol. Pero no juega mejor que los cruceños y eso le alborota la bilis durante el día. Qué odio, presidente! Claro que Ud. no cree ni en el cielo ni en el infierno, lo que hará que su muerte sea un descanso para quienes reciben de Ud. tanto desperdicio. Bloqueos, paros, tumultos, hasta cuándo? “Hasta que se pudran”, dirá entre sus acólitos; “hasta que se pudra”, dirán los otros, nosotros. Hasta que se caigan todos los prefectos opositores antes del 10 de agosto? Cuánto nos cuesta al país- porque a Ud. no le cuesta nada- las movilizaciones de sus hordas de desocupados que funcionan con el rótulo falso de movimientos sociales para desestabilizar a las regiones autonomistas- mientras tanto, el país a la mierda, presidente, con Ud. a la cabeza!

Se ufana- en su millonaria propaganda televisiva-cómo bota nuestra plata, presidente!- de los millones acumulados en el tesoro por sus nacionalizaciones truchas, y sin embargo recorta el IDH a las prefecturas para que se jodan los prefectos; paga juancitospinto y bonos dignidad que no solucionan nada y gasta y gasta millonadas en promocionarse como “evo el bueno” con el dinero de los bolivianos al servicio de los cocaleros que, de tanta droga que fabrican no dejan nada para el país, gasta millonadas en pagar a tanto dirigente vago para que bloqueen y agredan a la gente a nombre de un indigenismo inventado por la Onegés, a cargo de sinvergüenzas de variopinta militancia y acomodos políticos a lo largo de una vida de oportunismo y mamaderas. Nadie como Ud. y su gobierno para tanto deschaveto en tan poco tiempo. Y pensar que Ud. fue el presidente más votado gracias a los votos andinos, pero es el presidente más repudiado en el llano, el Sur y los valles del centro, salvo de los cocaleros del Chapare que sólo producen pichicata y los colonos de San Julián comandados por un exmirista.

Un día – más temprano que tarde- lo veremos loco loquito como su antecesor Carlos Mesa, llorando por su 54% que se farreó en una timba de soberbia, intolerancia, incapacidad e ignorancia. Mesa se ilusiona de acuerdo a sus quiméricas encuestas haber tenido a su caída un índice de popularidad arriba del 70%. En Santa Cruz Mesa nunca llegó al 10%. Ud. y él, no salieron de los aleros de la Paz y El Alto y ambos odian a Santa Cruz aun cuando digan lo contrario. Ud. podrá decir que tuvo a San Julián, Mesa ni siquiera juntó dos mesas de café en la Monseñor.

La “humillación racista” de Sucre, fue el slogan hipócrita del gobierno y de los falsos moralistas de la política parroquial y provinciana. Cuando “ellos” desnudan, apalean y queman a seres humanos en presencia de la gente bajo los ribetes de una sospechosa justicia comunitaria, no pasa nada; cuando matan perros y los degüellan en público, no pasa nada. Eso no es fascismo, sino costumbres ancestrales, la cultura de los arios aymaras. Estamos hasta las bolas con tanta hipocresía. Lo de Sucre no fue una reacción racista; quizá sea fascista porque TODOS, con Ud. a la cabeza, nos estamos volviendo fascistas. Pero lo que sucedió en la capital de la república es producto del caos y el odio en los que nos ha metido su gobierno absurdo. Es simplemente una reacción contra sus hordas masistas. Los desnudados han podido ser indios, blancos o negros, pero la condición de esbirros del gobierno fue lo que primó en la gente. Lo demás es mentirse a Ud. mismo.

Si algo tenía que agradecerle el país, es que debido a su victoria, la partidocracia tradicional y la dirigencia centralista estaban acabados, y eso motivó la descentralización de la política en las regiones del país. Cada departamento obtuvo su propio liderazgo y ya no se cuelga lo que digan los “jefes” de la sede de gobierno. Y mientras el MAS y Ud. se quedaron solos en La Paz y El Alto, el país se liberó de esos amarres que sólo encubrían intereses personalistas de grupos de poder político. Ahora la política sirve a la gente, y los partidos nuevos adquieren nuevo rostros .Se acabarán los dinosaurios y los delfines, y los dedazos desde La Paz. No se trata del fin de los partidos, sino, al contrario, de su reacondicionamiento y modernización. Pero es hora, también de terminar con esa perniciosa y vergonzante modalidad sindicatera del voto consigna por encima del voto conciencia. Como quiera que el sindicato tiene vocación populista y desideologizada, sujeta al pragmatismo de las coyunturas asistencialistas, todo el poder reside en la dirigencia fosilizadas y corrupta, que como la oligarquía se reproduce en todos los gobiernos con los mismos actores, donde no existe la mínima posibilidad de crear una conciencia ciudadana que saque al militante la etiqueta totalitaria y hegemónica Esa oligarquía sindical será su propia tumba cuando se enfrente con los militares por celos de mando y poder. No lo dude, presidente, sólo que será demasiado tarde cuando quiera volver al camino.

Es cierto que todavía no hay presos políticos, pese a la obvia intención y vocación represiva de sus ministros (ya lleva más de 30 muertos en dos años y medio de gestión), pero es innegable el clima de incertidumbre e inseguridad que se cierne en la población. Qué hacen los venezolanos y los “médicos” cubanos en nuestro país? El amedrentamiento psicológico que sufre la gente frente a las amenazas presidenciales y vicepresidenciales en la que se victimizan denunciando supuestos aprestos subversivos: “quieren tumbar al indio”; “las cuatro familias”, y otras tantas majaderías productos de una estrategia megalómana que busca instalar un régimen de miedo ante una gestión incapaz, incapaz de producir un solo empleo, de atraer una sola inversión, en medio de una inflación que galopa cómoda ante las denuncias de corrupción de su gobierno incapaz, presidente, constituyen la mejor muestra de la vía dictatorial que se ha propuesto instalar.

El ejercito, tradicional soporte de dictaduras y al que tanto criticara e insultara desde la oposición, pasa por su momento más triste y humillante al tener que actuar como una célula política del MAS y desobedecer el mandato constitucional para el que fue creado, cuando actúa- paralelo a las hordas de su gobierno (“movimientos sociales”) de punta de lanza de sus consignas o permanece ausente de los lugares conflictivos donde los enfrentamientos que su régimen alienta ponen en peligro la estabilidad institucional. Sucedió en Huanuni, Cochabamba, Sucre, Birubiru, Camiri, Y ahora en Santa Rosa del Sara. De la policía, que tiene orden del ministerio de gobierno de desacato constitucional a las prefecturas, mejor ni hablar. Y es que su gobierno, presidente, hace rato que liquidó la institucionalidad de la república. Pero quien lo hubiera creído, ahora Ud. es militarista y su único y verdadero apoyo- mientras pague- es el ejército (que nunca tuvo dueño porque no existen ejércitos “revolucionarios”) Muy a gusto estaría con las dictaduras que se han sucedido a lo largo de la historia. Pero no conoce la historia, presidente, no sabe que después de 1825 nada cambió, y que después de cada golpe todo empeoró. Si 1952 es un hito en la historia republicana, al poco tiempo volvimos a las andadas. Sólo nos queda la esperanza de que con Ud. termine el ciclo de la demagogia populista y del racismo patológico con el que alimenta sus complejos.

A qué oficina tenemos que recurrir, presidente, ahora que liquidó el Tribunal Constitucional cuando se nos niegue un derecho por ser blancos o mestizos? No se si alguien le ha podido informar que en el mundo no hay nada puro, ni siquiera en laboratorio, menos las culturas. Ni las viejas civilizaciones imperialistas y oligarcas se libraron de ello. Ni los sumerios, babilónicos, judíos, griegos, romanos, fueron puros. Ni siquiera los chinos o los hindúes son puros. Todos, absolutamente todos somos herederos del pasado, como Ud. con sus chompas, chamarras, celulares, zapatos de tenis, su afición tardía al fútbol que es deporte extranjero. Lo ve. Presidente?, Ud. también es producto de los imperios, mientras que de lo que se ufana ser originario, ni siquiera conoce sus lenguas. Qué cosas, presidente! Y esa es la explicación para su caótica inestabilidad. En la mañana dice una cosa, al medio día otra, y en la noche, vaya uno a saber cómo serán sus noches., y el problema peor es que sus amanuenses ni siquiera saben interpretarlo, menos disculparlo.

Entendemos que según las Onegés y su gobierno, los “indios”(?) tienen todos los derechos y ninguna obligación. Hasta tienen su propia justicia, apalear, empelotar a la gente y quemarlos vivos en plaza pública, o degollar perros, así como practicar “deportes” estúpidos como el thinku, tan similar a las riñas de gallos. Nada quedó del igualitarismo indigenista, presidente, ni de ningún otro. Se enteró que en la Cuba de Fidel (el que ya no hay) acaba de poner fin a la mentira igualitaria de los salarios? Ahora, el sueldo “político” que pasó por alto la premisa marxista de “a cada quién según su trabajo” y pagaba con la misma moneda y monto a la estructura laboral, desde el portero hasta el gerente, se cayó por su propio peso: nadie trabajaba como estaba previsto y la gente dejó los “doctorados” porque no servían ni para el excusado. Ahora hay que rendir, como en el capitalismo, para recibir lo que les corresponde, y Ud., presidente, contra reloj y contra el tiempo, con la locomotora en retro a toda máquina para hacer pedazos a YPFB y sus espacios “nacionalizados” con sus masistas prestados de viejas tiendas políticas. Cosas! no, presidente?

Vamos a ir al referendo revocatorio, presidente? ”Referendo confirmatorio” dice uno de sus acólitos. Y después? La aprobación de su constitución cocalera? Y después qué? Seguirá de enemigo de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba, y seguirá de repartidor de los cheques de Chávez a los municipios, y andará bloqueando a las prefecturas donde no lo quieren “porque es indio”. Y es que a Ud. el país le importa un pito, presidente. Sólo su odio al tamaño de Ud. mismo, junto a la blancura (no importa los tonos) de los cruceños es lo que le quita el sueño. Dicen que a sus partidarios blancos – ellos lo saben- es a quienes más trata con las patas, dicen!

Octavio Paz, ese gran escritor mexicano, grande, y no por el premio Nóbel, porque los grandes no necesitan premios, escribió: “En nuestro lenguaje diario hay un grupo de palabras prohibidas, secretas, sin contenido claro, y a cuya mágica ambigüedad confiamos la expresión de las más brutales o sutiles de nuestras emociones y reacciones”, Mas que todo, Paz se refería a ese grito de guerra tan simbólico de los mexicanos cuando exclaman a pulmón lleno su “Viva México, hijos de la Chingada”. En Bolivia, el país gris de la historia triste, sólo atinamos a decir: “gobierno de mierda” cuando sentimos la impotencia del desastre en que vivimos por la incapacidad de los gobernantes, como es su caso. Menos mal que está de ida.