¿Quién le teme al revocatorio? - Centa Reck

¿Quién le teme al revocatorio?

Centa Reck

¿Quién no recuerda la fábula del lobo y de los tres cerditos? El lobo aparece regodeándose con el sabroso bocado que se dará si los cerditos llegan a caer en sus fauces hambrientas.

Los gobierno que apuntan al totalitarismo utilizan estrategias que se basan en planteamientos simples y concretos muy apropiados a los fines de la economía de la toma del poder.

El ejercicio del poder por el poder apunta a aplicar una plantilla que tiende sólo a consolidar una hegemonía sin reparar en los medios y sin distraerse en principios.

El lobo sólo piensa en que los cerditos tienen que ir a parar en su estómago y se relame los bigotes esperando que llegue ese momento.

Este es el objetivo del presidente Morales, cuando vocifera a los cuatro vientos una serie de improperios para conducir a los prefectos autonomistas al brete del Revocatorio.

No pierde oportunidad para salir a desafiar a los prefectos, tal como recientemente lo ha hecho por todo lugar que visita para entregar sus tan famosos chequecitos que se los podría identificar con pan para hoy y hambre para mañana.

En todas estas ocasiones, una y otra vez vuelve a desplegar su consabida treta de desafiar a sus contendores pretendiendo sermonearlos de que no deben tenerle miedo al revocatorio, sin declarar que él ha demostrado su cobardía poniendo reglas desiguales para sí mismo y para los demás, con las que pretende engañar a los prefectos y al pueblo para llevarlos a las urnas a los fines de su manipulación.

A esta altura del partido debemos aclarar que en el Revocatorio el "corajudo" de Evo Morales ha puesto reglas tan engañosas que no corre el riesgo de perder el puesto de presidente sino que en lo que le atañe sólo está consultando al pueblo para que con una votación minoritaria le de atribuciones para seguir su política de gobierno a la que califica de "cambio" y que en realidad es el ingreso al comunismo y la vía expedita para hacer aprobar su constitución fraudulenta, fabricada en Venezuela y manchada con sangre de mártires chuquisaqueños, a los que ahora está acusando de racistas, cuando lo único que han hecho estos ciudadanos ha sido defenderse de atropellos y violaciones.

En sus diatribas no pierde la oportunidad de exhortar a los prefectos opositores a no temer a la voluntad del soberano, y ya esto nos mueve a risa, porque los actos cobardes ahora pretenden fungir como valerosos.

Dirigiéndose a los prefectos opositores, el Jefe de Estado les espeta continuamente: "no se escapen del pueblo y no tengan miedo..., sometámonos al pueblo boliviano, al referéndum revocatorio y el pueblo sabrá a quién revocar o a quien ratificar", lo que no es más que un parlamento mentiroso y que falsea totalmente la realidad, porque el lobo no hace otra cosa que vociferar engaños para atrapar a sus víctimas incautas.

El lobo no tiene moral, sólo trabaja por el placer de su boca y de su estómago que no secretan valores sino jugos gástricos.

En el mismo juego de doble moral se ha dedicado a crear conflictos en toda Bolivia, incluso algunos que en apariencia pretenden estar dirigidos al propio gobierno, lo que se constituye en una estrategia de doble cara que es usada por los totalitarios para tapar sus tretas con acciones distractivas, para armar una cortina de humo en torno al engaño y la mentira que utilizan como el recurso por excelencia.

El mandatario boliviano y algunos cómplices le han puesto un cuchillo al pueblo, y pretende que este le de las armas que necesita para tomar no sólo el gobierno sino el poder, como lo viene planteando abiertamente desde el inicio de su mandato.

Vocifere quien vocifere, esta manera de actuar es criminal y deshonesta.