3 a 0 todavía es poco - Gonzalo J.S. Quiroga Soria, PhD. (*)

3 a 0 todavía es poco
Gonzalo J.S. Quiroga Soria, PhD. (*)

Desde el gobierno de Melgarejo no existe una falta tan absoluta de gestión pública. En apenas 24 meses los niveles del contrabando se ha duplicado y va camino a triplicarse. La corrupción ha hecho caer a Bolivia a los últimos niveles en los índices de transparencia y el narcotráfico, podría pedir que Arce Gómez sea nuevamente designado Ministro de Gobierno, basta ver lo que ha sucedido en Epizana. Bolivia ni siquiera puede cumplir los compromisos internacionales de venta de gas a la Argentina y al Brasil; ya se anuncia que habrá escasez de electricidad, agua, gas, harina y arroz, mientras la ministra sigue “varonilmente” justificando la irracionalidad de los cupos a las exportaciones, se produce menos y las pocas empresas que exportaban, amenazan cerrar. La inflación supera el 20%; sólo el rubro de los alimentos alcanza incrementos mayores al 24 %. el país está quebrado y sus 10 millones de habitantes sólo pueden resignarse a los discursos del MAS sin lograr con ellos medida alguna de solución a su proceso de vivir cada día más pobremente y con mayor inseguridad ciudadana.
No basta la extremada división política, social y racial que el Gobierno ha promovido de la manera más descarada; hoy también se prepara la quiebra fraudulenta del Estado Boliviano. En 4 meses la Deuda Interna Pública ha pasado de 3.670 millones a 4.625 millones de dólares, un incremento en 120 días de 953 millones; casi 8 millones por día, prestándose de las AFPs a un interés del 10%, sin que sirvan más que de adorno las altas reservas internacionales que ganan un 2%. Tampoco se puede considerar ningún efecto positivo la condonación de más 2.300 millones de la deuda externa de la Comunidad Internacional, pues la deuda interna se ha triplicado en apenas dos años. En breve el Estado no tendrá capacidad de pagar a las AFP y más de un millón y medio de personas perderán sus jubilaciones presentes y futuras. A todo ello se debe sumar el gasto corriente público, cuadruplicado en dos años, que alcanza la fantástica cifra de 54.000 millones de bolivianos en salarios, bonos y celulares, mientras para inversión se destina apenas sólo la sexta parte.
Es trágico comprobar que el país está perdiendo la mejor oportunidad que jamás tuvo en 181 años de historia, debido a la extraordinaria coyuntura económica internacional. Desde el 2004 los hidrocarburos han multiplicado su precio por seis veces; los minerales han triplicado su precio, la soya lo ha duplicado. Bolivia debiera estar creciendo al 8 o 10% anual; sin embargo es el segundo país que menos crece en Latinoamérica y el segundo de mayor inflación, y también el que más expulsa a su población al exterior por falta de trabajo, casi 370 mil personas, jefes de hogar han emigrado hasta fines del 2006 y generan 1.200 millones de dólares en remesas que el gobierno usufructúa aplicando un impuesto ciego del 1 %, sin conocerse el destino de esos 12 millones percibidos
El Gobierno, necio y ciego a todo, incompetente para todo, menos para ejercer el resentimiento y la división, ha echado por la borda su victoria electoral gracias a una incapacidad para tener gestión pública. Quiso coparlo todo, atacó y destruyó las instituciones principales. Forzó a las balas, una propuesta constitucional racista; que excluye al 60% de la población y que puede modificarse con mayoría simple. Por ello las regiones han reaccionado, ayer Santa Cruz, Pando y Beni; mañana Tarija y Chuquisaca. Es la respuesta autonómica que lamenta el gobierno pero ante los resultados expuestos sigue siendo poco un victorioso 3 a 0.

(*) Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales