¡Que vergüenza Presidente!
Santa Cruz, pero especialmente los cruceños, merecen un gran reconocimiento por lo conseguido el 4 de mayo. Aun cuando los actos electorales sean reconocidos por el Estado central, siempre se requiere a la policía para que ayude a proteger el proceso. El 4 de mayo, Santa Cruz pudo llevar adelante su referéndum, ordenada y disciplinadamente, no solo sin el reconocimiento del gobierno central (por lo tanto sin ayuda de fuerzas del orden), sino además con su férrea y destructiva oposición. Y la paz hubiese sido absoluta, de no ser por los grupos de choque del MAS, que se sintieron lo suficientemente fascistas como para evitar que la gente vote, agrediendo a jurados electorales, ciudadanos y notarios, destruyendo recintos electorales, golpeando a periodistas, quemando ánforas y material electoral, evitando a pedradas y palazos que el material electoral llegue para instalar mesas de votación en algunos lugares.
Afortunadamente las mesas boicoteadas por el fascismo de los partidarios del MAS no llegan ni al 4% del universo de votantes. El resultado fue histórico y los obstáculos puestos por el gobierno lo convirtieron en un día de lucha democrática heroica. ¡Felicidades Santa Cruz!
Si Santa Cruz quisiera agredir a sus partidarios no necesitaría refuerzos, sus partidarios son muy pocos, y los cruceños que están hartos de las necedades gubernamentales son muchísimos.
¿Ese es el discurso adecuado para una realidad que se hace cada vez más evidente? No, ese es el discurso del que no quiere mirar o escuchar lo que no le conviene, es el discurso de quien quiere seguir gobernando en base a sus caprichos, es el discurso de quien no quiere actuar conforme a la realidad y pretende que la realidad se acomode a sus deseos. ¡Que vergüenza Presidente!