La Glorieta... ¡en La Paz! - CAYETANO LLOBET T.
El Evo Morales de hoy, no es ni una pizca del que irrumpió, glorioso, en los ámbitos del mando nacional, en olor de multitudes. Ese Evo Morales --guste o no-- era un señor seguro, convencido de que iniciaba un proceso revolucionario, un triunfador total, indiscutido, prólogo de la nueva era de prosperidad, mago de la desaparición de la pobreza, esperanza de los débiles, verdugo del capitalismo y enterrador del imperialismo. Hoy, es una caricatura de dictador bananero, un líder disminuido de una fracción de país, uno más de los dirigentes atropelladores y arbitrarios. Se pasó dos años preparando --mediante un instrumento constitucional-- las bases de su "nuevo poder" y sólo ha logrado un esperpento que, en tanto más divide, más lo aleja del poder. El último episodio del Congreso y la farsa de la aprobación de las tres leyes, es la misma farsa de La Glorieta. Sólo cambia el escenario de la impostura: allí los constituyentes dijeron, "nos vamos de Sucre porque no tenemos garantías para reunirnos". ¿Las tenían los parlamentarios el jueves en la noche?