La verde olivo - Centa Reck
La verde olivo
Centa Reck
La Policía, conocida en nuestro país como la institución "verde olivo" nos ha sorprendido con otra acción violenta, con una nueva agresión que en la presente ocasión ha recaído sobre ciudadanos minusválidos que protestaban exigiendo la cancelación de un bono a su invalidéz, compromiso adquirido por el gobierno y que luego objetó dar cumplimiento.
El apelativo de "verde olivo" que lleva como sinónimo la institución policial, obedece a que el olivo es un símbolo primitivo de la paz, tanto así que en la ortodoxia cristiana representa incluso la pureza y resurrección.
Al olivo se le atribuye la propiedad mágica de proteger de todo tipo de maleficios, razón por la que una rama de olivo solía colocarse en el ingreso de las casas. El simbolismo del olivo, no condice con las acciones que está perpetrando la institución policial, que debería dejar de ser denominada con este apelativo por estar actuando en franca discordancia al símbolo que desde la independencia de Bolivia fue elegido para representar a la institución que debería velar por el orden y establecer la paz, la concordia y la libertad en la que debe convivir nuestro pueblo, salvaguardado por sus instituciones rectoras.
Los otrora "verde olivo", da muestras de haberse mimetizado con el verde coca, por haberse transformado en una suerte de milicia sindical al servicio del partido de gobierno, en permanente violación a la Constitución Política del Estado.
La Policía está seriamente cuestionada porque da muestras de haberse convertido en el brazo armado del gobierno de turno, y no titubea en descargar toda su fuerza cuando se trata de proteger los intereses del partido de gobierno, sin que guarde similar actitud para cuidar y atender a políticas públicas de seguridad ciudadana.
El ministro Alfredo Rada, ha ordenado que la Policía espere acuartelada y vigilante el paro decretado por cinco regiones en protesta por la retención que ha hecho el gobierno de los impuestos por la explotación de sus recursos naturales (IDH).
Según declaraciones del Ministro de Defensa Walker San Miguel "las fuerzas de seguridad, tanto la Policía como las Fuerzas Armadas, van a estar muy alertas, porque lo que no se puede permitir es que se genere violencia a partir de un llamado y una convocatoria tan agresiva como la del señor Costas (prefecto de Santa Cruz)".
El mensaje de San Miguel, puede leerse en el sentido de que frente a la violencia desatada por la policía y las reacciones que esta provocó en la ciudadanía, que salió a defender a los minusválidos, el Ejecutivo comienza a desplegar lo que mejor sabe hacer, la manipulación y distorsión de los hechos para convertirlos en elementos de incriminación a los opositores, cada vez que estos le plantean una acción de defensa.
Este es el motivo por el que el gobierno tratará de visibilizar sólo la agresión que sufrieron los jefes policiales del departamento de Santa Cruz, tapando y negando la violencia de Estado.
La policía se ha transformado en una agrupación de choque, en el brazo armado para imponer las políticas radicales que pretende forzar el presidente Morales en cinco departamentos que las rechazan abiertamente porque saben que estas buscan suplantar la democracia por un régimen estatista y comunista.
Recordemos que en la ocasión del enfrentamiento con los discapacitados, la policía tomó acciones de fuerza incluso con personas que están en desigualdad de condiciones por su estado de invalidez. Frente al paro que realizan los seis departamentos que se resisten al régimen de Morales, el Ministro de Defensa ha admitido la posibilidad de implementar un estado de sitio, planteando que esto "es una posibilidad constitucional", lo que se constituye también en una muestra de la dualidad en la que navega el gobierno actual, que no duda en violar la constitución, pero que al mismo tiempo apela a ella cuando esto resulta útil a sus planes.
El pueblo cruceño se descubre ahora duramente golpeado por el rigor y la saña con la que el actual gobierno violenta los derechos de sus ciudadanos y por la política de confrontación con la que intenta quebrantar la voluntad que este pueblo ha manifestado de vivir en concordancia con su cultura y su visión de país.
Los cruceños saben que en la presente circunstancia, el gobierno les está tomando el pulso, y que esta pulseta es sólo el anticipo de futuras acciones de violencia y de vejámenes a los que desea someterlos en el camino de implementar un régimen dictatorial.
Nadie puede obligar a un pueblo a someterse, no se puede pisotear a quienes sólo aspiran a una forma de vida que les permita un marco de libertad y el goce de un estado de derecho.
Lo escabroso del caso, es que después que el Ejecutivo y su brazo policiaco violentan derechos humanos y civiles, esgrimen argumentos para criminalizar las acciones de legítima defensa con la que ha respondido la población civil que se niega a ser sometida al abuso.
Lo que está ocurriendo en Santa Cruz y en Bolivia es fruto de una política de imposiciones y de la violación reiterada de las leyes y de la constitución a la que somete el Ejecutivo a las regiones que les presentan una oposición a la construcción de su hegemonía. Recordemos que el mismo presidente Morales, se ha ufanado de sus audaces acciones, declarando que cuando hace algo contravenido con las leyes y sus abogados le advierten que son actos reñidos con la constitución, él no se detiene y "le mete nomás", planteándoles a los abogados que están a su servicio que "para algo han estudiado", razonamiento que lo lleva a exigirles que adapten las leyes para legalizar las ilegalidades que él va perpetrando a su paso.
La policía ha sido rebasada a consecuencia de la violencia que ha desatado sobre la población, situación que la aleja irremediablemente del verde olivo con el que la coronaron después de su independencia los padres de la patria.
Las actitudes de la policía plantean ahora a los cruceños la decisión de reorganizar esta institución que no cumple con su cometido y que en el régimen autonómico debe estar sin duda al mando de la gobernación.
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