No sólo de encuestas vive el revocatorio - Centa Reck

No sólo de encuestas vive el revocatorio

Centa Reck

Las encuestas elaboradas por Captura Consulting que se dieron a conocer el domingo por la noche, han anticipado la estela de destrucción que provocará el incendio Revocatorio.

Por supuesto que los optimistas crónicos la están queriendo interpretar a su manera, dejandonos saber que si algunos quedan vivos aunque no coleando se debe considerar esto como una ganancia.

Pero más allá de las puertas siempre abiertas del mecanismo de negación al que pretendemos aferrarnos en los momentos difíciles, algunos hacemos el esfuerzo de ponernos lentes infrarrojos para mirar el crepúsculo sin tapar el sol con un dedo, y nos horrorizamos ante estos primeros resultados arrojados por la encuesta, que ponen en la cuerda floja a los que se irán, a los que se quedarán y a los que pasan raspando, y a los que por sus malos cálculos o sus errores comienzan a trastabillar y a pesar como una piedra atada al cuello de la opinión de una ciudadanía que se muestra hastiada y asqueada de tanto manoseo.

A mi por ejemplo las campañas que se están iniciando me dejan un sabor amargo, me parecen igualmente censurables, me aceleran el pulso, me cierran la garganta, me previenen de que se acercan los días terribles, que se nos acortan los días de relativa paz, que el aire se enrarece, que todo se está rompiendo para peor y para meternos en honduras difícilmente salvables.

Pero estas apreciaciones pueden tomarse como muy subjetivas, por lo que inmediatamente paso por encima de mis corazonadas, aún a sabiendas de que estas raramente me fallan, para volver a rasparme con la probabilidad estadística de las encuestas, pese a que el resultado no es más alentador que el de mis tinkazos, porque el cálculo de probabilidades nos muestran que muchos se caerán, que otros esperan pasar por el hueco de una aguja, que a los que salten los harán caer luego, que todos se desestabilizan y que no se sabe en realidad quien saldrá menos herido o menos muerto del terremoto Revocatorio.

Las encuestas son en demasía insuficientes para abarcar y dar cuenta de las arenas movedizas en las que nos hemos atrevido a ingresar de la mano de quienes nos conducen ciegos hasta la consulta revocatoria.

Son absolutamente insuficientes para explicar lo que puede resultar de esta especie de muerte anunciada, no en el sentido de que las encuestadoras se equivoquen o del margen de error que puedan tener, sino en el sentido de que estas empresas no pueden calcular ni por cerca variables como el fraude que está preparado y que los beneficiarios intentan tapar con la complicidad del CEELA, con la comisión de veedores de la OEA, o con las actitudes del propio Exeni que está callado en siete idiomas tratando de escudarse en eso de que en la sombra los burros son pardos.

El fraude tampoco ha sido resistido como debería, ni siquiera lo quieren tomar en cuenta los que deberían defendernos de sus garras: El congreso se ha tapado los ojos, salvo una diputada, los otros congresistas hacen la vista gorda al fraude. Los prefectos, salvo Manfred, tampoco han agotado las instancias de resistencia, los comités cívicos, salvo el Interistitucional de Sucre, que quedó sin apoyo, no se movilizan por el padrón electoral y por denunciar la ilegalidad, no se han siquiera santiguado para evitar el fraude.

Las encuestas son por lo tanto apenas el primer signo, la punta del iceberg con el que estamos a punto de chocar. Se constituyen en una pequeña señal del muro de locura de la consulta revocatoria que no nos puede traer nada bueno, nada favorable, nada que no sea desastre.Perdónenme los que se sientan implicados en las decisiones, pero es que no los entiendo, no me cabe el entreguismo, me queda algo de sensibilidad y de conciencia como para rebelarme, no puedo sumarme sin más como una oveja que se entrega al sacrificio; por lo menos quiero decir que desde el pequeño espacio que me queda seguiré gritando hasta el cansancio que no debemos ir.

No sólo de encuestas vive este monstruo Referendum, nos va a tragar a todos, seamos un poco más lúcidos, tomemos el pulso a nuestra desgracia, no nos pongamos en la boca del cíclope hambriento y ciego que quiere engullirnos con su banquete Revocatorio.