Todas las noches Amalia - Agustín Echalar Ascarrunz
El miércoles pasado me he topado una vez más con una Amalia agresiva y tajante, sólo que la he escuchado recordar los terribles sucesos de enero del 2007 de una manera no sólo desaprensiva, sino totalmente deshonesta:
Ha dicho que luego de cuatro días en que los racistas y terroristas cochabambinos golpearon con sus bates de béisbol y sus palos de golf a los indios, rompiéndoles las cabezas, éstos habrían reaccionado y dado una feroz muerte a un joven perteneciente al grupo de los abusivos.
Ha mencionado este terrible hecho —que avergüenza y enluta a todos los bolivianos— para ilustrar sobre lo que podría pasar si el pueblo, ese pueblo que ama a Evo por sobre todos las cosas, reaccionara ante los constantes desaires que Su Excelencia recibe y que, según ella, tan estoicamente tolera por el bien del país.
¿Se ha dado cuenta, Amalia, de que ese tipo de apreciaciones son incitaciones a la violencia?
Amalia, que es una voz de alto vuelo, entre cada noche en las salas y en los dormitorios de miles de bolivianos, y se quede por casi dos horas sembrando odio con falacias o, peor aún, con medias verdades.