Tienen el poder, pero no el control - Alejandro Peña Esclusa
Durante el mes de mayo, viajé por varios países de la región, lo cual me permitió presenciar personalmente importantes acontecimientos históricos: el referendo autonómico de Santa Cruz, la rueda de prensa de INTERPOL en Bogotá y la protesta contra Cristina Kirchner en Rosario; además estuve en Montevideo mientras se realizaba el XIV Encuentro del Foro de Sao Paulo.
Tuve la oportunidad de sostener reuniones con dirigentes políticos y gremiales; empresarios y editores; académicos, periodistas y escritores; representantes de organizaciones no gubernamentales y voceros de la sociedad civil. Pude dar conferencias y conceder entrevistas de prensa, radio y televisión; como por ejemplo a El Deber de Bolivia, El País de Uruguay y Ámbito Financiero de Argentina.
A pesar de las diferencias que existen entre esos países, encontré grandes semejanzas en su situación política; porque frente a gobernantes que actúan de manera similar, surgen idénticas reacciones por parte de la sociedad civil.
Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Kirchner y Tabaré Vásquez, no gobiernan para sus pueblos, sino para una facción. En lugar de promover la conciliación y el diálogo, utilizan la institución presidencial para generar divisiones y conflictos. No escuchan, no dialogan, no negocian, no ceden, sino que imponen su voluntad, a cualquier costo. En respuesta, los pueblos reaccionan, defendiendo sus derechos, por medio de protestas pacíficas cada vez más grandes, que incorporan nuevos actores, distintos a los políticos tradicionales.
El 4 de mayo, la Plaza Central de Santa Cruz estaba repleta, para celebrar el triunfo del Sí en el referendo autonómico. Era el pueblo llano, no la oligarquía. El 25 de mayo, en el Monumento a la Bandera –ubicado en la ciudad de Rosario– no cabía un alma. 300 mil argentinos defendían el derecho del campo a producir, sin que el Estado confisque injustamente sus ingresos. Ese mismo día, en Montevideo, se realizó una protesta contra la dictadura cubana frente a la reunión del Foro de Sao Paulo, organización que agrupa a todos los movimientos de izquierda de la región, incluyendo a las FARC y el ELN. La protesta era pequeña, pero tan vigorosa como las anteriores. En Colombia el pueblo no protesta contra el Gobierno, al cual considera su amigo y aliado, sino contra el narcoterrorismo.
El día antes de regresar a Caracas, una periodista argentina me preguntó cuáles eran las impresiones de mi recorrido por la región. Le contesté que Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Tabaré Vásquez y Cristina Kirchner, tienen el poder, pero no el control. El pueblo los eligió, pero ya no los quiere. Sus gobiernos están en cuenta regresiva.
Tuve la oportunidad de sostener reuniones con dirigentes políticos y gremiales; empresarios y editores; académicos, periodistas y escritores; representantes de organizaciones no gubernamentales y voceros de la sociedad civil. Pude dar conferencias y conceder entrevistas de prensa, radio y televisión; como por ejemplo a El Deber de Bolivia, El País de Uruguay y Ámbito Financiero de Argentina.
A pesar de las diferencias que existen entre esos países, encontré grandes semejanzas en su situación política; porque frente a gobernantes que actúan de manera similar, surgen idénticas reacciones por parte de la sociedad civil.
Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Kirchner y Tabaré Vásquez, no gobiernan para sus pueblos, sino para una facción. En lugar de promover la conciliación y el diálogo, utilizan la institución presidencial para generar divisiones y conflictos. No escuchan, no dialogan, no negocian, no ceden, sino que imponen su voluntad, a cualquier costo. En respuesta, los pueblos reaccionan, defendiendo sus derechos, por medio de protestas pacíficas cada vez más grandes, que incorporan nuevos actores, distintos a los políticos tradicionales.
El 4 de mayo, la Plaza Central de Santa Cruz estaba repleta, para celebrar el triunfo del Sí en el referendo autonómico. Era el pueblo llano, no la oligarquía. El 25 de mayo, en el Monumento a la Bandera –ubicado en la ciudad de Rosario– no cabía un alma. 300 mil argentinos defendían el derecho del campo a producir, sin que el Estado confisque injustamente sus ingresos. Ese mismo día, en Montevideo, se realizó una protesta contra la dictadura cubana frente a la reunión del Foro de Sao Paulo, organización que agrupa a todos los movimientos de izquierda de la región, incluyendo a las FARC y el ELN. La protesta era pequeña, pero tan vigorosa como las anteriores. En Colombia el pueblo no protesta contra el Gobierno, al cual considera su amigo y aliado, sino contra el narcoterrorismo.
El día antes de regresar a Caracas, una periodista argentina me preguntó cuáles eran las impresiones de mi recorrido por la región. Le contesté que Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Tabaré Vásquez y Cristina Kirchner, tienen el poder, pero no el control. El pueblo los eligió, pero ya no los quiere. Sus gobiernos están en cuenta regresiva.