Historia secreta del referendo revocatorio

¿Hay un pacto de largo aliento entre las dos principales fuerzas políticas del país?

Historia secreta del referendo revocatorio
Daniela Espinoza y Marco Zelaya

Tras los conflictos que suscitó en Podemos la aprobación de la Ley del Referendo Revocatorio, formalmente regresó la calma a la agrupación política que encabeza el ex presidente, Jorge Quiroga.

Sin embargo, hay varias señales y versiones como para pensar que, más allá del ejercicio de reconciliación de media semana, persiste una confrontación sorda entre las facciones que dividieron su opinión a favor o en contra de la consulta que definirá la suerte del Presidente, el Vicepresidente y los nueve prefectos el próximo 10 de agosto.

En Podemos hay quien sostiene que Jorge Quiroga cometió dos graves errores durante los últimos años, que podrían borrarlo del escenario político.

El primero fue la lista de candidatos a diputados y senadores para las elecciones generales del 2005, en la que figuraron connotados representantes de los partidos tradicionales, que sólo contribuyeron a generar la suspicacia del electorado sobre el compromiso aparente de cambio que había asumido el ex Presidente. Y el segundo sería haber promovido la aprobación del
referendo revocatorio.

“Tuto no gana nada con esto. Al contrario. Ahora no sólo tiene el rechazo del electorado de los departamentos de occidente, donde recibió escaso respaldo en las elecciones de 2005, sino que también perdió lo poco que le quedaba de apoyo en Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, que hasta hace unos años eran bastiones indiscutibles de su proyecto”, afirma un parlamentario de Podemos, quien pidió el anonimato y permanece más o menos fiel a la disposición interna de lavar la ropa sucia en casa, por lo menos hasta el 10 de agosto, para evitar que la división debilite a los opositores de cara a un referendo de semejante trascendencia.

Nada garantiza, sin embargo, que en el futuro las divergencias vuelvan a emerger, porque sin duda el partido de oposición vive la peor crisis interna desde su creación hace ya casi tres años.

Una cena

Las versiones van y vienen sobre los hechos que llevaron a la bancada del Senado de Podemos a empujar la aprobación de una Ley propuesta por Evo Morales a fines del año pasado, que el propio oficialismo había dejado archivada.

Se sabe que el miércoles 7 de mayo, durante una cena a la que asistió Jorge Quiroga, a la que por cierto no fueron invitados varios de los senadores que hoy aparecen como disidentes, se tomó la decisión de ir por ese camino.

Quienes defendían esta estrategia aducían que la decisión debía darse sí o sí antes del martes 13 de mayo, porque supuestamente para esa fecha el MAS tenía planeado cercar el Congreso y aprobar, en ausencia de la oposición, la ley de convocatoria al referendo ratificatorio de la Constitución.

Los constitucionalistas de Podemos, Luís Vásquez entre ellos, sostenían que sólo podía darse una consulta de carácter nacional por período constitucional y que, en consecuencia, si se adelantaban con la convocatoria al revocatorio dejaban al MAS fuera de combate en el tema de su Constitución y a Evo Morales sin la posibilidad de ser reelegido. Ése era el cálculo frío. O al menos la argumentación con que se defendió la polémica decisión podemista.

El jueves 8 de mayo los senadores que habían asistido a la cena convocaron a algunos de sus colegas y a suplentes para informarles que, con el aval del Jefe de Podemos, se había tomado la decisión de aprobar el revocatorio. Hubo senadores que no fueron consultados, porque se presumía que podían plantear críticas o en definitiva un rechazo que habría puesto en apuros a los encargados de tramitar rápidamente este asunto.

Ese mismo día, durante la sesión ordinaria de la tarde, el orden del día sorprendió a masistas y a los podemistas que quedaron fuera de la consulta. El MAS trató de frenar la consideración del tema, hasta que supuestamente recibieron una instrucción de Palacio de Gobierno para no interferir siempre y cuando no se modificara ni una coma del proyecto de Ley original enviado
por Evo Morales. Y así fue.

Durante el desarrollo de esta polémica sesión y antes de que el senador secretario, decretara la aprobación de la Ley, el celular del presidente del Senado, Óscar Ortiz, no dejaba de sonar.
Las llamadas provenían de Tarija, más específicamente del prefecto Mario Cossío, quien exigía una explicación y planteaba en términos firmes su desacuerdo. La respuesta de Ortiz habría sido rápida y fría: no hay marcha atrás.

Todo favorece al MAS

Las voces críticas en Podemos, que no sólo son las de los senadores Carlos Böhrt, Roberto Ruiz y Carlos Darlach, afirman que cualquiera que sea el resultado de la consulta revocatoria los únicos beneficiados serán el MAS y Evo Morales.

Böhrt explica que pueden darse tres escenarios.

Uno de los más improbables, aunque no imposibles, es que de llegarse a revocar el mandato al Presidente se tendría que convocar nuevamente a elecciones generales, sin que la oposición tenga en este momento un candidato e incluso un proyecto alternativo.

El segundo escenario –añade el senador orureño– sería que la ratificación del Presidente sea muy ajustada, lo que de todas maneras le permitiría la fortaleza suficiente como para concluir sin problemas su mandato.

Finalmente, una tercera posibilidad es que Morales sea ratificado con un porcentaje igual o mayor al que obtuvo el 18 de diciembre de 2005, que fue del 54 por ciento.

Se debe destacar, además, que en las tres situaciones anteriores el riesgo es el mismo para los prefectos que seguramente tendrán más dificultades para lograr la cantidad de votos que les permita ser ratificados. No se dice abiertamente, pero quienes estarían más expuestos a la revocación de su mandato serían los prefectos de La Paz, José Luis Paredes, de Cochabamba,
Manfred Reyes Villa, e incluso el de Pando, Leopoldo Fernández.

¿Un pacto?

Los hechos, como los ha contado PULSO hasta el anterior párrafo, obligan a pensar que los podemistas se jugaron por un cálculo precipitado, presionados por la amenaza del cerco masista al Congreso para la aprobación del referendo constitucional, lo cual revelaría que los operadores políticos de la agrupación ciudadana precisan un curso rápido de negociación.

Sin embargo, Tuto enlistó a negociadores que tienen vasta experiencia en “amarrar” acuerdos.
Además, el grupo de senadores disidentes, todos regionales, tras una reunión conciliatoria, declaró superado el impasse. Por tanto, era lícito preguntarse qué sucedió realmente en la cena del miércoles 7 y que, según algunas versiones, se convirtió hasta en desayuno.

Este semanario partió de la premisa de que en la sorpresiva decisión de aprobar el revocatorio había algo más que pánico al cerco y un “dique legalista” fundamentado en que sólo puede haber una consulta nacional por año.

Según fuentes que pidieron el anonimato, la sorprendente aprobación del revocatorio integra un acuerdo, como también publicó La Razón, entre Podemos y el MAS para resolver integralmente la crisis que tiene en vilo al país.

El principal paso hacia esa salida se daría con la elección de los nueve magistrados faltantes –cuatro titulares y cinco suplentes– del Tribunal Constitucional.

Es razonable prever que, una vez restituidas las funciones del máximo tribunal del país, se presentarán recursos contra la Constitución del MAS, los estatutos autonómicos y el revocatorio. Si son improcedentes, la crisis continuará; en caso contrario, se volverá a fojas cero.

Por supuesto, para llegar a ese escenario los dos frentes tendrían que renunciar a sus pretensiones. El contencioso sería resuelto por el máximo órgano de control concentrado de constitucionalidad que no sólo sentenciaría que ninguno de los contendores ganó o perdió, sino que restablecería el imperio de la ley o el principio de legalidad. De tal modo que, en adelante,
se tendría la oportunidad de comenzar otra vez y de lograr que cada paso, en la construcción de un pacto social, tenga tanto legalidad como legitimidad.

Es decir, daba lo mismo dar luz verde el revocatorio presentado por el MAS y aprobado en la Cámara Baja, con porcentajes claramente favorables al Presidente y Vicepresidente, porque es posible que se quede en el tamiz del Tribunal Constitucional.

Por supuesto, se trata de una solución holística, integral, pero que podría fracasar si persisten las posiciones radicales, en una lucha ad infinitum que implica la constante ingobernabilidad para el Palacio Quemado y, como ha sostenido PULSO, la exacerbación de una legitimidad, en la “Media Luna”, que sólo permite el ejercicio de una “legalidad” simbólica, con hechos de gobierno autonómico que no tienen efecto jurídico alguno, como la imposible percepción directa del IDH y de las regalías.

De largo aliento

En la elección de magistrados para la Corte Suprema de Justicia, el Congreso estableció una metodología meritocrática que, sin embargo, no pudo prescindir de una fase en la cual entraron en juego las fuerzas políticas, de tal modo que al final del proceso no se pudo evitar que se hablara del clásico cuoteo.

¿Sucederá lo mismo en el Tribunal Constitucional? Esta duda se despejará a partir del 30 de mayo, cuando se cumpla la fecha tope establecida por el Congreso para que la Comisión Mixta de Constitución, presidida por el senador podemista Luis Vásquez Villamor, entregue una nómina con los pre candidatos; si el trabajo no está concluido, el Congreso avanzará en las designaciones, lo cual da una idea de lo prioritario que es contar con un Tribunal Constitucional preparado para emitir sentencias a la brevedad posible.

La salida, de darse, podría abrir una nueva etapa en la historia política del país, que al ser superada dejará, sin duda alguna, bajas, heridos y sobrevivientes. Es posible que deba abandonar la arena la generación política de la confrontación, tanto en el poder central como en las regiones.

No obstante, al abrirse la posibilidad del funcionamiento pleno del Tribunal Constitucional, algunos representantes de los contendores han señalado que declarada la inconstitucionalidad, por ejemplo, de los estatutos autonómicos tendrán que iniciarse las correspondientes acciones penales contra quienes ejercen ilegalmente el poder regional.

El Vicepresidente, el viernes 16, ha asegurado que con la instalación de la Asamblea Legislativa Departamental ha surgido la amenaza de un “golpismo de traje y camisa”, que atenta contra el monopolio de la ley del Poder Legislativo.

“Como presidente Nato del Congreso les digo a esas personas que intentan suplantar las instituciones democráticas que la Constitución Política del Estado es más fuerte que su capricho y que su soberbia, la ley es más digna que sus mezquindades y que su ilegalidad es un ídolo con pies de barro que más pronto que tarde habrá de derrumbarse ante la verdad de la historia y ante la ley de los hombres”, afirmó.

Además, convocó a que las fuerzas políticas del país, en el Congreso, trabajen en la compatibilización de las autonomías y el proyecto constitucional del MAS.

También es probable que los contendores resuelvan prolongar la desgastante lucha, con la ilusión de aplastar al otro, lo cual implicaría más años perdidos.

Gentileza del Semanario PULSO.