Entre odios y venganzas - Germán Gutiérrez Gantier
Este 25 de mayo nuevamente se conmemoró un nuevo aniversario del Primer Grito Libertario que se dio en Sucre en 1809 para toda América Latina.
A diferencia de otros años, la celebración se efectuó en un clima de franca irritación de la ciudadanía a causa de la actitud del gobierno y en particular por la reacción del Primer Mandatario de la Nación, que, hay que reconocerlo, ha cumplido con su palabra que fue dicha el pasado 6 de agosto oportunidad en la cual amenazó a Sucre por la colocación de una pancarta que daba mueras al centralismo, hecho que no solo molestó al Presidente que ordenó el retiro de dicha pancarta, sino que fue el origen de sus abusivas como desproporcionadas amenazas que se extendieron y concretaron a lo largo de todo este tiempo con la desatención de la región, el incumplimiento manifiesto de compromisos, pero sobre todo, con la decisión de imponer violentamente un proyecto de un texto constitucional redactado al margen de toda consideración legal o regla de juego preexistente.
De ahí que el Presidente Morales es el principal causante de frustrar la realización y conclusión democrática de la Asamblea Constituyente que fue posible gracias a la presión y el sacrificio de alteños y paceños en octubre de 2003, cuyas luchas condensaron el pedido nacional de superar la exclusión social, política y económica a través de mecanismos que nos otorga la democracia.
Entonces la Asamblea Constituyente concluyó en una frustración nacional de la manera más perversa, manchada de sangre, de lo que el Presidente Morales es uno de los responsables más importantes por la brutal y sistemática represión que tuvo que sufrir la población Sucrense, no en un día, dos o tres, sino desde el mes de agosto hasta noviembre del pasado año