Bajo un cielo autónomo - Centa Reck
Bajo un cielo autónomo
Centa Reck
Al compás de la música de Rosita Poche, con la que se conmemora la fiesta del Arete Guazu, el pueblo cruceño congregado en la plaza principal festejó la contundente victoria del SI a los estatutos autonómicos, respaldados por una votación aproximada de 85 % de los votos. Mientras esto ocurría, masistas inescrupulosos llamaron ambulancias de la unidad de UDEM mintiendo que había un incendio y procedieron a apedrear, quemar y causar destrozos en los vehículos y otros insultaban a los pacifistas que se habían congregado a festejar la victoria autonómica en una plaza pública de la ciudad de la Paz.
Esa es una muestra de la gran diferencia que existe entre los ciudadanos que han consolidado con su voto la profundización de la democracia y la redistribución del poder a través de las autonomías departamentales, que se adhieren a las normas, las leyes y el respeto, mientras partidarios del gobierno han tratado de imponernos una constitución fraguada con sangre e ilegalidad y ahora siguen empeñados en obstruir la voluntad soberana inclinándose por el camino del caos, la destrucción, la agresión y la violencia.
Santa Cruz, se declaró y se ratificó autonomísta de corazón, de razón y de principios, a la vez que mostró una vez más su indeclinable vocación democrática.
El gran perdedor de la jornada fue el gobierno, que tuvo que enfrentar que uno de sus funcionarios, el director nacional de Asuntos Rurales del Ministerio de Agricultura, Romeo Amorin, fuera sorprendido con cuatro ánforas y material electoral, cuando intentaba denunciar que "descubrieron un fraude en una escuela". Una mujer de origen indígena fue la encargada de denunciarlo: "Ocuparon los colegios del Plan 3.000 y metieron estos votos marcados en las ánforas", testificó ella ante la prensa.
Mientras Santa Cruz se declaraba autónoma, el presidente Evo Morales salió a hacer un mensaje al país chapuceando denuncias que transpiraban resentimiento, rabia, incapacidad de aceptar la victoria contundente del sí a los Estatutos. Notablemente afectado trató de tergiversar la votación, diciendo que el pueblo había resistido a los estatutos que volvió a tildar de separatistas, divisionistas y ponderó a sus partidarios, que según su percepción habrían salido a defender los intereses de las mayorías, (nada más equívoco puesto que el si se impuso en el 85% de la votación frente al 15 % que obtuvo el no).
Mientras el pueblo cruceño festejaba, Evo decía que la consulta había fracasado y que no había obtenido el éxito que esperaban algunas familias, al tiempo que afirmaba que sólo había habido violencia. Sus palabras resultaron peregrinas puesto que el pueblo había vivido una jornada ordenada y tranquila.
Morales triplicó los datos de abstencionismo tratando de transfigurar la jornada con su lenguaje sindicador. Lástima que nadie de su gabinete se atrevió a decirle ¡porqué no te callas!
Al final de su penoso vuelo de abeja víctima, hizo un llamado a que los prefectos lo escuchen y a que se encaminen al diálogo de sordos que sigue ofreciendo como un placebo antiautonómico. Los prefectos por suerte estaban en ese momento hermanados en el festejo de la victoria de las autonomías departamentales.
Santa Cruz durmió su primera noche bajo el amparo de un cielo autónomo.
Centa Reck
Al compás de la música de Rosita Poche, con la que se conmemora la fiesta del Arete Guazu, el pueblo cruceño congregado en la plaza principal festejó la contundente victoria del SI a los estatutos autonómicos, respaldados por una votación aproximada de 85 % de los votos. Mientras esto ocurría, masistas inescrupulosos llamaron ambulancias de la unidad de UDEM mintiendo que había un incendio y procedieron a apedrear, quemar y causar destrozos en los vehículos y otros insultaban a los pacifistas que se habían congregado a festejar la victoria autonómica en una plaza pública de la ciudad de la Paz.
Esa es una muestra de la gran diferencia que existe entre los ciudadanos que han consolidado con su voto la profundización de la democracia y la redistribución del poder a través de las autonomías departamentales, que se adhieren a las normas, las leyes y el respeto, mientras partidarios del gobierno han tratado de imponernos una constitución fraguada con sangre e ilegalidad y ahora siguen empeñados en obstruir la voluntad soberana inclinándose por el camino del caos, la destrucción, la agresión y la violencia.
Santa Cruz, se declaró y se ratificó autonomísta de corazón, de razón y de principios, a la vez que mostró una vez más su indeclinable vocación democrática.
El gran perdedor de la jornada fue el gobierno, que tuvo que enfrentar que uno de sus funcionarios, el director nacional de Asuntos Rurales del Ministerio de Agricultura, Romeo Amorin, fuera sorprendido con cuatro ánforas y material electoral, cuando intentaba denunciar que "descubrieron un fraude en una escuela". Una mujer de origen indígena fue la encargada de denunciarlo: "Ocuparon los colegios del Plan 3.000 y metieron estos votos marcados en las ánforas", testificó ella ante la prensa.
Mientras Santa Cruz se declaraba autónoma, el presidente Evo Morales salió a hacer un mensaje al país chapuceando denuncias que transpiraban resentimiento, rabia, incapacidad de aceptar la victoria contundente del sí a los Estatutos. Notablemente afectado trató de tergiversar la votación, diciendo que el pueblo había resistido a los estatutos que volvió a tildar de separatistas, divisionistas y ponderó a sus partidarios, que según su percepción habrían salido a defender los intereses de las mayorías, (nada más equívoco puesto que el si se impuso en el 85% de la votación frente al 15 % que obtuvo el no).
Mientras el pueblo cruceño festejaba, Evo decía que la consulta había fracasado y que no había obtenido el éxito que esperaban algunas familias, al tiempo que afirmaba que sólo había habido violencia. Sus palabras resultaron peregrinas puesto que el pueblo había vivido una jornada ordenada y tranquila.
Morales triplicó los datos de abstencionismo tratando de transfigurar la jornada con su lenguaje sindicador. Lástima que nadie de su gabinete se atrevió a decirle ¡porqué no te callas!
Al final de su penoso vuelo de abeja víctima, hizo un llamado a que los prefectos lo escuchen y a que se encaminen al diálogo de sordos que sigue ofreciendo como un placebo antiautonómico. Los prefectos por suerte estaban en ese momento hermanados en el festejo de la victoria de las autonomías departamentales.
Santa Cruz durmió su primera noche bajo el amparo de un cielo autónomo.