Censura a la vista - Cayo Salinas
En ese orden, al gobierno le era imprescindible mejorar su malograda imagen ante la ausencia de gestión capaz de revertir ese cuadro. Esa señal, fatal a la hora de gobernar allá donde debe hacérselo, marca el propósito político de controlar a los medios de comunicación a través de mecanismos de censura que comienzan con intimidaciones de funcionarios nominados por el propio Evo Morales. Y que no vengan con el cuento aquel de que no comparten la opinión del representante de Evo en la Superintendencia de Telecomunicaciones buscando, como era previsible, desentenderse con lo acontecido. Lo anoté varias veces cuando me referí al peligro que representa para el país la Constitución escrita y aprobada por el MAS.
El gobierno no imaginó que el rechazo a la amenaza proferida iba a constituir mayor descrédito a su gestión. La toma y aniquilamiento de las instituciones del Estado traen consigo esas consecuencias, sino miren a Exeni. De ahí que a la hora de la verdad, no sólo el gobierno ha salido mal parado, también el Superintendente que recibió la contraorden de dejar sin efecto la intimidación en un desenfrenado esfuerzo por revertir lo que quedó claro para todos los bolivianos: lo que se viene es una dictadura, por lo menos así nos lo muestra Evo y su equipo.
El gobierno no imaginó que el rechazo a la amenaza proferida iba a constituir mayor descrédito a su gestión. La toma y aniquilamiento de las instituciones del Estado traen consigo esas consecuencias, sino miren a Exeni. De ahí que a la hora de la verdad, no sólo el gobierno ha salido mal parado, también el Superintendente que recibió la contraorden de dejar sin efecto la intimidación en un desenfrenado esfuerzo por revertir lo que quedó claro para todos los bolivianos: lo que se viene es una dictadura, por lo menos así nos lo muestra Evo y su equipo.
Nunca entendieron que el país no es sólo de indígenas y de movimientos sociales.