Los cupidos del diálogo - Centa Reck

Los cupidos del diálogo
Centa Reck
¿Quién dará en el blanco y flechara a Santa Cruz para encaminarla al diálogo? se ha vuelto el quebradero de cabeza que ocupa al gobierno desde que el Referendum por Estatutos autonómicos tiene fecha marcada. Muchos son los operadores que se han puesto a la tarea de tratar de engatuzar a los representantes regionales para iniciar un dialogueo de esos que se han acostumbrado a instalar con tanta destreza como habilidad para volver las tratativas inoperantes e inoficiosas, al tiempo de encaminar las políticas del gobierno a fuerza de la manipulación y la mentira. Ayer, le tocó el turno al Defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, quien visitó al Cardenal Julio Terrazas, para darle otra puntiadita a la idea de que la Iglesia ha sido convocada a entrar en el difícil y enrarecido escenario de diálogo. El Defensor por supuesto que le pidió a la Iglesia que agilice el encuentro entre el gobierno y la oposición. En realidad el propósito del diálogo no se lo puede censurar, pero lo que parece ya una acción hipócrita es que el Defensor finja no darse cuenta que el diálogo está sólo en manos del gobierno, pues sólo ellos pueden agilizar o más bien viavilizar un encuentro entre partes en pugna. Como en el viejo cuento, sólo el Ejecutivo tiene la llave de la puerta del cuarto oscuro en el que el príncipe Barba Azul guarda la evidencia de sus crímenes matrimoniales: nos referimos a las violaciones que ha cometido el actual gobierno y a los atropellos que han llevado a que la situación de nuestro país sea no sólo complicada sino peligrosa y diríamos que un polvorín a punto de estallar.El equipo de los acólitos al gobierno que han salido con separatas, solicitadas, gritando ante las cámaras que el diálogo tiene que instalarse, que sólo el diálogo podrá salvar al país, ocultan el caldo gordo de la historia, esconden el verdadero meollo del asunto, que tiene que ver con el hecho de que no se puede encaminar al diálogo a los que se les ha dado con todo, a regiones y sectores matoneados y manoseados a rabiar, a quienes se les sigue pegando como a bobos. Los cupidos del diálogo entre el gobierno y la oposición que dicen haberse puesto en campaña para poner fin a la crisis política dicen como Albarracín. "Estamos muy preocupados con la situación por la que atraviesa el país, creemos que hay una esperanza en la Iglesia católica, y pensamos que no debe desaprovecharse esa posibilidad de que a través de ella se pueda viabilizar un espacio de concertación entre las partes del conflicto como son el gobierno y las regiones del país", dijo el Defensor del Pueblo, que sólo se muestra realmente preocupado por el gobierno y cuya defensoría parece haber pasado a ser una sucursal del Ejecutivo y que por tan motivo es difícil creer que trata de empujar el diálogo con buenas intenciones. En realidad todos los emisarios convertidos en cupidos del diálogo intentan frenar el Referendum por los Estatutos, que es lo único que tiene entre ceja y ceja el Ejecutivo en pleno. Todos ellos repite como una letanía: que si no hay posibilidades de un diálogo la situación de confrontación del país puede agudizarse y derivar en un espiral de violencia. ¡Vaya que novedad!, igual que lo que dijo el Ministro de Gobierno Alfredo Rada, que le cargó todas las tintas del posible encuentro a la Iglesia.También estos cupidos, solo se dirigen a la oposición para decirles que el diálogo debe ser una práctica constante y permanente en democracia, intentando ponerlos en el papel de culpables en el caso de que no se instale el famoso diálogo. El Defensor del gobierno y no del pueblo, no le ha dicho a su aliado e hijo predilecto que no debe violar constantemente los derechos de los ciudadanos, y que no debe negar el derecho que tienen estos a defenderse, a oponerse a políticas que consideran injustas y violatorias y que les quitan sus fuentes laborales, etc. Este cupido del gobierno utiliza una prédica que trata de acallar las voces de las víctimas y que hace de la violación y el delito un derecho, mientras funge de emisario del Gobierno que ahora quiere maquillar un poco más su constitución para que el Estatuto autonómico "encaje", lo más pronto posibe puesto que según el Defensor "se nos están acabando los plazos" ¿A quien se le están acabando los plazos? ¡Dónde vivimos!