jueves, 13 de marzo de 2008

El bluff de Correa y el dilema de Insulza

En Washington, la crítica recurrente a Insulza ha sido que piensa más en la presidencia de Chile que en los desafíos de la OEA. Ya que quisiera estar en Santiago en marzo de 2010, sus obligaciones de la OEA inevitablemente tienen un horizonte menos extendido. La crisis trilateral actual lo obligará a mostrar donde está su corazón. Si se involucra en la crisis, acallará a los críticos. Si la crisis se extiende por demasiados meses, Insulza tendrá que renunciar a sus aspiraciones presidenciales. Pero a menos que envíe señales de compromiso absoluto y permanente con la solución del conflicto, la suya no podrá ser una intervención exitosa.
Con razón, muchos reclaman por la debilidad de la OEA para promover adecuadamente la democracia, contribuir al fortalecimiento de las instituciones y avanzar el combate a la pobreza.