ETA cuenta con una estructura estable en Venezuela y México, países que está utilizando no sólo como refugio -como hizo ya en otras épocas- sino de base para hacer negocios con el dinero recaudado extorsionando empresarios y también como zona de adiestramiento de sus asesinos.
Los archivos encontrados en el disco duro del ordenador portátil que llevaba el narcoterrorista Raúl Reyes, abatido por el Ejército colombiano en la frontera ecuatoriana, parecen indicar que fascinerosos etarras están entrenándose junto a guerrilleros de las FARC en campos que éstos tienen en la selva venezolana.
En ambos sentidos, porque los criminales españoles adistran a los colombianos en técnicas urbanas, sobre todo en el manejo del letal coche-bomba, la bomba-lapa y otras tropelías destinadas a provocar masacres en zonas urbanas.