El Gobierno debe evitarle al país la vergüenza de que los alcaldes elegidos por el pueblo boliviano reciban recursos de una embajada extranjera a cuenta de un plan que, vale la pena recordarlo, lleva el nombre del Presidente de la República de Bolivia.
Varios parlamentarios observaron el hecho de que el Gobierno nacional esté haciendo que el dinero de la Embajada de Venezuela se canalice directamente a las alcaldías en lugar de pasar por el Tesoro General de la Nación (TGN).
Por último, si no se hiciera aquello, al menos el Gobierno tiene que ahorrarles a los bolivianos la vergüenza de seguir aceptando que una embajada extranjera pague cuentas nacionales con su propia chequera, sin pasar por ningún control ni fiscalización de parte del Tesoro General de la Nación.