Ahora surge un nuevo elemento que
Correa quiere blandir como arma letal en contra nuestra. Y consiste en que
el bandido que murió al lado de ‘Reyes’, era ecuatoriano.
Lo que prueba, una vez más, que las Farc tienen vínculos claros con ese país. Tras de ladrón bufón, dice el viejo refrán. Y en esas anda Correa, expresando enojo cuando no debía caberle más pena. Lo acompañan, cómo iban a faltar, los mamertos internacionales y los criollos, ahora con la historia de que antes de atacar el campamento terrorista, el Ejército y la Fuerza Aérea de Colombia debieron cerciorarse de que no hubiera en sus entrañas elementos civiles. ¡Brillante idea!