El título parece de película, pura ficción, pero no, desgraciadamente, es real. Evo presidente de los cocaleros, reelegido. Representante, cabeza, caudillo, líder, lo que sea, de los productores de coca, la materia prima para la extracción de cocaína, sustancia nociva en alto grado para el organismo humano. Declarada flagelo de la humanidad y colocada por la OMS en la lista de sustancias controladas. Y con el agravante de que el tráfico ilegal de esta sustancia está ligada al terrorismo.
¿No entiende Evo que esto es incompatible con ser presidente de un Estado? Sería el reconocimiento público de Bolivia como Estado narcotraficante.