viernes, 30 de noviembre de 2007

El gran manipulador

Luego y para completar el cuadro convocó al dialogo a los prefectos que le acababa de quitar gran parte de los recursos con los que cuentan para ejecutar obras y servicios, lo cual los condena a una especie de bloqueo, a prácticamente anularlos dejándolos sin competencias. Esta convocatoria a un supuesto diálogo es tan ambigua y dual como si un ladrón que ha desposeído a su víctima de sus bienes, luego, les plantea que vengan a dialogar, que los espera. No se puede reducir al contrincante y luego supuestamente invitarlo a dialogar o pactar. Esta actitud es sólo un acto distractivo, una forma de crear un clima de desconcierto y de ambigüedad. Con esta treta Evo está engañando al pueblo con falsas promesas.