Las canalladas que se infieren a un pueblo no se perdonan nunca. La deslealtad se nutre de la bribonada. Y eso ha sido lo que ha hecho el vicepresidente de la República usando un Comité inventado por él, para injuriar a Chuquisaca.
Responda el pueblo como sabe, con dignidad y firmeza, con orgullo y tenacidad, ante la afrenta. Y dele una lección al atrevido déspota que se viste con el ropaje de la indecencia.